¡Hola Mona! No te asustes, llegaste al lugar correcto para saltar del asiento de espectadora comiendo palomitas en pleno shock de intriga para volver a tomar las riendas de tus pensamientos y empezar a dirigir el espectáculo, si quieres con un látigo en la mano 😉
Es impresionante y además ilógico que toda nuestra vida pasamos huyendo de nuestra mente… Y claro, es normal, nos aterran las voces que resuenan en nuestro interior, los espejismos que crea nuestra imaginación, la profundidad oscura de nuestros miedos. En lugar de enfrentarlos, preferimos distraernos, mantenernos ocupadas, o incluso huir de nuestra realidad con estímulos externos; sí obvio, me refiero a Instagram o TikTok. ¡PUM!
Cuando no nos gusta el show que se desarrolla en nuestro circo mental, que es la mayoría de las veces, pasamos de simples espectadoras a fugitivas, olvidando que somos las protagonistas. Lo peor, es que, en vez de domar nuestros pensamientos, nos hemos entrenado para no prestar atención en lo absoluto, simplemente como si no existieran. El hecho de que no te des un espacio para escucharlos no significa que no estén, si no hay quién manda, los pensamientos tomarán el control devorando el último suspiro de conciencia que aún queda dentro de ti y serás una simple marioneta en la función.
Pero… ¿podemos controlar nuestros pensamientos? La respuesta es ¡NO!, sin embargo puedes transformarlos, los pensamientos son autónomos, surgen del mar de información y experiencias que constituyen nuestra memoria, emociones y percepción ante los estímulos del mundo exterior. Cada uno de estos pensamientos emerge como una chispa de energía en la oscuridad de nuestra mente.
Pero la verdadera magia ocurre cuando esos pensamientos individuales se entrelazan y forman nuestras conexiones mentales; aquí nacen nuestras creencias, miedos, esperanzas y sueños. Estos hilos invisibles son nuestro diálogo interior, que da forma y condicionan nuestra realidad.
LO INVISIBLE CREA LO VISIBLE
Así que, Mona, nuestros pensamientos no son meros destellos pasajeros, sino la materia prima que construye nuestra vida, tenemos alrededor de 60.000 pensamientos al día y el 80% son negativos.
Aristóteles decía: «El pensamiento condiciona la acción, la acción determina el comportamiento, el comportamiento repetitivo crea hábitos y el hábito estructura el carácter, la manera de pensar, ser y actuar; finalmente el carácter marca el destino».
Si somos capaces de asumir el control de ese proceso, de convertirnos en maestras de nuestros propios pensamientos, entonces podremos transformar ese circo mental.
¡Es hora de ponerse al mando! Recuerda que hasta al animal más salvaje el ser humano pudo domar… Logra que esos pensamientos salvajes salten a través de los aros de tu voluntad. «Aquí mando yo».
Tipos de Pensamientos:
Para poder convertirte en la domadora que sueñas, no es necesario imaginar que tus pensamientos son leones y que con tan solo mirarlos firmemente y decirles «¡siéntate!» se convertirán en un tierno gatito. No funciona así, primero debes empezar a entrenarte para poder identificarlos, por eso, y para que quede muy claro, quise darle una vuelta creativa y poco convencional al estilo Colectivo Monalisa, a algunos de los pensamientos más comunes y los hemos bautizado como:
¡Mona! la próxima vez que quieras huir de la función o simplemente ignorar cómo tus pensamientos hacen malabares con tus emociones, recuerda que no eres una simple espectadora y que además de tener un pase VIP eres la estrella principal.
Entonces Mona, ¿quien manda?
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